Criterios de identificación de distopías
Diana Q Palardy
13/1/2018
¿Cómo determinar si una obra de ficción es una distopía o no? ¿Qué tipo de “test” se podría aplicar para establecer las características que definen a una ficción distópica? En mi trabajo, he formulado una serie de criterios que me permiten determinar si una obra específica es o no una distopía. Para ello, me he basado en mi propia revisión exhaustiva de ficciones distópicas en inglés y en español, así como en el estudio detallado de las teorías propuestas en el canon de la literatura crítica sobre el tema y, muy especialmente, en el artículo “The Anti-Utopian Novel: Preliminary Notes and Checklist”, de Arthur O. Lewis [1]. Además, he incorporado dos definiciones del término “distopía” que considero fundamentales para la discusión al respecto: la una, de Lyman Tower Sargent, en la que se describe la ficción distópica como una en la que “una sociedad no existente es descrita en detalle considerable y es usualmente localizada en un tiempo y en un espacio que el autor espera que le resulten, a cualquier lector contemporáneo, obvia y considerablemente peores que aquellos en los que dicho lector realmente vive” (mi traducción)[2]; y la otra, de Fernando Ángel Moreno, en la que la distopía es una “visión negativa de una sociedad ficticia basada en la hiperbolización de los problemas culturales de nuestra sociedad”[3]. A partir de este aparato teórico, he generado una lista de preguntas que me permiten interrogar obras específicas y decidir si pueden ser consideradas ficciones distópicas o no. En esta lista, la prioridad la tienen las preguntas en las que se toca el núcleo mismo de la definición de distopía, pero también a éstas le siguen otras preguntas relacionadas con las funciones del género y con convenciones literarias más generales.
Las preguntas, que no pretenden ser exhaustivas ni excluyentes, ya que destacan características importantes de muchas distopías pero acaso no de todas, son las siguientes:
- ¿Se trata de una sociedad hipotética?
- Los individuos de esta sociedad (o de algún sector determinado de esta sociedad), ¿están oprimidos, incluso si no se dan cuenta de estarlo?
- En la obra, ¿se sugiere que el estado de la sociedad que se describe se debe a problemas sistémicos y de orden socio-político?
- Los problemas sistémicos y de orden socio-político subyacentes en la obra, ¿son realmente extrapolaciones de asuntos y desarrollos que no están siendo tratados de manera efectiva (o que no están siendo tratados en absoluto) en la sociedad del autor o director de la obra?
- ¿Se trata de una sociedad basada en la planificación estatal y que pretenda ser ideal para una parte o para la totalidad de sus ciudadanos, o que al menos pretenda ser mejor para ellos que las sociedades que la precedieron (en caso de que la sociedad en cuestión hubiera surgido como resultado de una guerra, de un desastre ecológico o de cualquier otro evento social traumático, por ejemplo)?
- ¿Tiene la obra, ya sea de forma implícita o explícita, una función admonitoria, es decir, de advertencia al lector o al espectador y de exhortación a solucionar problemas socio-políticos en el momento mismo de sus inicios y no cuando su desarrollo haya llegado a los extremos distópicos presentados, precisamente, en la obra?
- ¿Puede notarse una intención del autor o del director de hacer experimentar al lector o al espectador una especie de de-familiarización al introducirse en el mundo de la obra?
- ¿Puede notarse una intención del autor o del director de hacer que el lector o el espectador se cuestione los códigos morales de la sociedad de la obra?
- El comportamiento de los personajes, ¿es monitoreado y/o controlado o, por lo menos, los personajes sienten que lo es?
- ¿Hay algún personaje protagónico o importante que experimente un proceso de desilusión con respecto a su condición en la sociedad de la obra y que, en consecuencia, intente rebelarse contra el sistema?
Aunque no todas las ficciones distópicas presentan características que coincidan con todos los ítems de esta lista, cualquier obra en cuyo análisis la respuesta a la mayoría de estas preguntas (y especialmente a las que van directamente al tema de la definición del término) sea afirmativa puede, con suma probabilidad, ser percibida como una distopía. Mientras más preguntas sean contestadas con “sí”, entonces, la probabilidad de que la obra sea una ficción distópica, o sea percibida como tal, será también mayor.
Dado que las distopías reflejan el Zeitgeist del período de su producción, no es de extrañar que el género permita una amplia variedad de formas y de diferencias superficiales, así como que haya en él variaciones marcadas de acuerdo a la época y al contexto cultural. Asimismo, la evolución de los géneros, por no decir su hibridización, es un fenómeno natural que hace difícil categorizar obras concretas de manera definitiva. Por eso, algunos teóricos de la distopía han optado por crear sub-categorías al interior del género y, así, dar cuenta de la diversidad del mismo y de las múltiples desviaciones posibles de su núcleo principal. Miquel Codony, por ejemplo, acuñó el –muy útil– término “distopina” para definir obras que tengan “esa sustancia elusiva que condensa en sus moléculas la esencia de la distopía” pero que no acaben de encajar en la concepción tradicional de la ficción distópica per se o a las que les falten elementos, según la crítica literaria, para ser distopías en todo rigor (el término “distopina” es mejor, en mi opinión, que expresiones menos precisas como “seudo-distopía” o “semi-distopía”). Por su parte, en su ensayo Anti-Utopia and Dystopia: Rethinking the Generic Field, que ilustra y problematiza la inmensa variedad existente tanto de ficciones distópicas como de lecturas y tendencias al respecto, Antonis Balasopoulos ha elaborado un impresionante –aunque también algo apabullante– conjunto de sub-categorías de anti-utopías y de distopías, entre las que se encuentran las distopías de fracaso trágico, las distopías de represión autoritaria, las distopías de contingencia catastrófica, las distopías nihilistas y las distopías críticas[4]. Esta última sub-categoría, la de la distopía crítica, es tomada del trabajo de Tom Moylan y Raffaella Baccolini y define una obra en la que se describe una sociedad distópica en la que, no obstante, existe al menos un enclave utópico[5]. Finalmente, Gregory Claeys, en su recientemente publicado estudio Dystopia: A Natural History (2017), ve la distopía como una utopía que ha podido ser realizada, enfatizando así, de manera significativa, cómo la distopía de uno puede ser la utopía del otro y viceversa[6].
[1] Lewis, Arthur O. “The Anti-Utopian Novel: Preliminary Notes and Checklist”. Extrapolation 2, no. 2 (mayo de 1961): 27-32.
[2] Sargent, Lyman Tower. “Three Faces of Utopianism Revisited”. Utopian Studies 5, no. 1 (1994): 1-37.
[3] Moreno, Fernando Ángel. Teoría de la literatura de ciencia ficción. Vitoria: Portal Editions, 2010. 461.
[4] Balasopoulos, Antonis. “Anti-Utopia and Dystopia: Rethinking the Generic Field”. En Utopia Project Archive, 2006-2010, Vassilis Vlastaras (ed.), 59-67. Atenas: School of Fine Arts Publications, 2011.
[5] Moylan, Tom y Raffaella Baccolini. “Critical Dystopia and Possibilities”. En Dark Horizons: Science Fiction and the Dystopian Imagination, Tom Moylan y Raffaella Baccolini (eds.), 233-49. Nueva York: Routledge, 2003.
[6] Claeys, Greg. “Three Variants on the Concept of Dystopia”. En Dystopian Matters, Fátima Vieira (ed.), 14-18. Newcastle en el Tyne: Cambridge Scholars Publishing, 2013.